Título: La verdad sobre el caso Harry Quebert
Título original: La vérité sur l’affaire Harry Quebert
Autor: Joël Dicker
Año de publicación: 2012
Editorial: Alfaguara
Sinopsis:
Quién mató a Nola Kellergan es la gran incógnita a desvelar en este thriller incomparable cuya experiencia de lectura escapa a cualquier tentativa de descripción. Intentémoslo: una gran novela policiaca y romántica a tres tiempos −1975, 1998 y 2008− acerca del asesinato de una joven de quince años en la pequeña ciudad de Aurora, en New Hampshire. En 2008, Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor −Harry Quebert, autor de una aclamada novela−, y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan. Poco después, Harry es arrestado, acusado de asesinato, al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras intenta demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz. La verdad sólo llega al final de un largo, intrincado y apasionante recorrido.
Reseña:
Aunque este libro llevaba varios meses en mi lista de pendientes, otros se le habían adelantado, pero cuando el pasado abril llego a mis manos como un regalo de Sant Jordi ya no tenía más excusas. Como ya dije en mi entrada anterior me encantan las novelas policiacas y de investigación y esta se me presentaba como una de las buenas, de esas que no te dejan dormir hasta terminar un capítulo más.
Parece que el joven escritor suizo Joël Dicker se veía venir toda la fama que esta novela le iba a traer, era un éxito anunciado. Y es que encontramos ciertas similitudes entre Marcus Goldman y su creador. Ambos escritores jóvenes que empezaron a ser conocidos por su primera obra, pero que no es hasta su segunda novela cuando consiguen un reconocimiento mundial. Con ésta ha conseguido ser número 1 en varios países y hacerse con diversos premios como el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa o el Premio Goncourt des Lycéens.
Se ha convertido en uno de los libros más vendidos, llegando a ser traducido a 33 idiomas. La productora Warner Bros también ha querido beneficiarse del gran éxito adquiriendo los derechos para adaptar la novela y Ron Howard será el encargado de acercárnosla a la gran pantalla. El director, conocido por grandes producciones como Una mente maravillosa y Apollo 13, también tiene experiencia con las adaptaciones, ya lo ha demostrado con las novelas de Dan Brown: El código Da Vinci, Ángeles y demonios y, la todavía pendiente por estrenar, Inferno.
En un principio la historia nos narra la vida de Marcus Goldman, un joven escritor que ha conseguido algo de éxito con su primera novela y que no encuentra la inspiración para poder crear una segunda. Esto es lo que Dicker llama “la enfermedad del escritor”. Goldman, muy preocupado ante la inminente fecha límite para presentar un nuevo proyecto a su editorial, decide pedir apoyo y consejo a su antiguo profesor y amigo Harry Quebert, un reconocido escritor. Harry invita a Marcus a su casa en la pequeña localidad de Aurora, convencido de que abandonando el estrés de la Gran Manzana encontrará la inspiración. Durante su estancia allí, Marcus se entera de que Harry mantuvo una relación con la joven de 15 años Nolla Kellergan en el año 1975, cuando el escritor contaba ya 34 primaveras. Marcus se interesa por la relación y Harry le cuenta que Nola desapareció el verano de ese mismo año en extrañas circunstancias y que nunca se volvió a saber de ella.
Pero la verdadera historia comienza con el descubrimiento de un cadáver, el de Nola, en el jardín de Harry. Como es lógico él se convierte en el principal sospechoso del asesinato. Todo el mundo se había estado preguntando durante más de treinta años que había ocurrido con Nola ese agosto de 1975 y la verdad no se escondía muy lejos.
Con la acusación de Harry, Marcus decide investigar lo sucedido el verano de 1975 para limpiar el nombre de su gran amigo y librarlo de la cárcel. Decide que, siendo escritor, su mejor baza es escribir un libro sobre ello y así, conseguir matar dos pájaros de un tiro.
Como podréis comprobar con esta pequeña introducción nos encontramos frente a una historia de intriga y misterio de principio a fin. Y os corroboro que así es, que es una historia que te tiene enganchado hasta el final con sus innumerables giros. Ya he dicho con anterioridad que me encanta que me sorprendan y que por ello me gustaban este tipo de novelas. En este caso la historia también te sorprende, pero sorprende porque después de seguir toda la investigación, la resolución de ésta no tiene mucho sentido, por lo menos para mí. A pesar de ello, la novela tiene muchos puntos interesantes que hacen que, en conjunto, sea una historia bastante atractiva.
Pero cambiemos un poco el tema. Como ya hablé bastante de la novela policíaca en mi reseña de El Guardián Invisible, hoy me gustaría comentar otro de los grandes pilares de esta historia, las relaciones. Para mí es una de las cosas más conseguidas de la obra, tanto por su detalle como por su diversidad: relaciones familiares, románticas, amistosas, empresariales…
La primera relación que se nos presenta es la de Marcus y su mentor y amigo, Harry Quebert. Se conocieron cuando Marcus era estudiante en la Universidad de Burrows, donde Harry le enseñó todo lo que se necesita para ser un buen escritor. Me ha gustado mucho el detalle de que cada capítulo era introducido con una de las lecciones de Harry y, además, solía concordar con lo que encontrabas a continuación. Llegado el momento crucial de la encarcelación de Harry, Marcus lo arriesga todo con tal de sacar a su amigo de la situación tan peliaguda en la que se encuentra. Empieza así una investigación que
parece no tener final y que lo pone entre la espada y la pared.
Conforme avanza la investigación nos encontramos con otra de las relaciones importantes de la historia, la historia de amor entre Nola y Harry. El autor utiliza inteligentemente la técnica del flashback para darnos a conocer todos los detalles de esta relación y del posterior incidente. Esta no sería la primera relación polémica que nos encontráramos en la literatura (The Reader de Bernhard Schlink, Lolita de Vladimir Nabokov, Ariane de Claude Anet), pero este caso es un poco extraño por la forma de actuar de los involucrados en esa supuesta relación. A pesar de las veces que se
repitieron que se amaban y la gran cantidad de planes que tenían, no parecía
que ninguno de los dos albergara verdaderos sentimientos por el otro. Por un
lado, Harry buscaba algo de reconocimiento y lo encontró fácilmente en Nola a
la que llamaba su musa, y Nola era una niña algo perturbada y caprichosa que
estaba enamorada de la idea de estar enamorada.
Estas dos relaciones conforman los núcleos principales sobre los que gira toda la historia. Sin embargo, la relación que más me ha gustado de la novela no es otra que la que forman Marcus y su madre. Aunque esta relación sólo se nos presente en forma de llamadas telefónicas es, bajo mi punto de vista, la más real. Además con ella me queda cada vez más claro que a las madres les dan un cursillo sobre cómo ser madres, con una sección de frases típicas: ¿Has comido bien? ¿Vas abrigado? ¿Estás durmiendo? Pero la madre de Marcus va más allá. Se preocupa mucho por la vida amorosa de su hijo, llegando al punto de buscarle pareja; comparte detalles personales de su vida con desconocidos e incluso confía sus mayores preocupaciones sobre Marcus con su pastor. Todo esto hace que la historia tenga un toque cómico y se relaje la tensión creada en otros capítulos. Y es que las madres por muy mayores que seamos o mucha fama que cosechemos siempre nos verán como realmente somos, no olvidemos que nos cambiaron los pañales. Me pregunto si esta será otra de las similitudes entre Marcus Goldman y su creador.
"Un buen libro, Marcus, no se mide sólo por sus últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes. Apenas medio segundo después de haber terminado el libro, tras haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento; durante un instante, sólo debe pensar en todo lo que acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar."